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miércoles, 28 de diciembre de 2016

La educación cuántica

Intuyo que este post es el más relevante de mi blog. Por eso decidí publicarlo en un  día como hoy. El día de los inocentes, porque se requiere una mente abierta y flexible para comprenderlo a cabalidad. Espero que lo lean con inocencia y esperanza. 
Amit Goswami
Amit Goswami, un reconocido físico, profesor y autor, ha publicado un libro titulado "La economía cuántica", donde propone un nuevo paradigma económico, basado en la comprensión actualizada de la realidad que brinda la física cuántica. Recomiendo leer este libro, que promete redefinir la economía, incorporando aspectos que hasta ahora eran ignorados en las teorías predominantes. 
Siguiendo el mismo razonamiento, aquí proponemos un nuevo paradigma educativo, que cuestiona y reemplaza las premisas dualistas que sustentan al modelo industrial del alumno (producto estandarizado). Reniega de la mirada cartesiana-newtoniana y curiosamente, se acerca tanto a las intuiciones ancestrales como a la vanguardia de la ciencia. Y de paso, resuelve los problemas de calidad y equidad, integrándolos en una estrategia más holística. En honor a Goswami, la llamaremos "la educación cuántica".
Esta nueva educación, explícitamente acepta que vivimos en un Universo de energía, reconoce algunos de los postulados de la física cuántica y entiende que la consciencia es la principal fuente de causalidad. Veamos qué sucedería con la educación si el sistema se actualiza con los avances científicos más notables del siglo XX. 
Científicos Cuánticos del siglo XX
En primer lugar, Einsten hace más de un siglo, reconoció que toda la materia era manifestación de energía. Todos los objetos son energía. Los seres humanos también. Y su energía aunque no se pierde, puede transformarse. En primer lugar, tendríamos que diseñar una educación para seres energéticos. Y entonces deberíamos orientar la educación a maximizar la energía de cada estudiante. 
¿De qué energías estamos hablando?
Tenemos energía física, energía vital, energía mental y energía espiritual. La primera es biológica y externa. Las siguientes son virtuales e internas y las llamamos sutiles. Hasta hace poco, podíamos medir sólo la energía física. La ciencia ya puede medir algunas energías sutiles con bastante precisión. La educación debería preocuparse de maximizar la suma de todas estas energías en cada estudiante. 
Las implicancias de una educación energética son tan amplias que no podremos agotarlas en este blog. Pero ya tendremos oportunidad de profundizar en esta premisa. 
En segundo lugar, la física cuántica propone que el futuro es un espacio de posibilidades. Y acepta que el presente es la manifestación de todo el pasado. Desde esta perspectiva,  en la educación cuántica, cada estudiante es la manifestación de su historia y la tarea es darle la posibilidad a ese estudiante a que conscientemente, desarrolle su mejor potencial. Nótese que esto significa que el estudiante es responsable de elegir cual de todas las  posibilidades potenciales futuras, quiere manifestar. 
Pirámide de Necesidades
En tercer lugar, Maslow reconoce una jerarquía de necesidades que la educación debe respetar. En este sentido, el contexto del estudiante es tremendamente relevante. Primero y prioritariamente, debe preocuparse del cuidado y la subsistencia física de cada estudiante. Pero una vez resueltas las necesidades básicas, la educación debe  concentrarse en permitirle a cada alumno satisfacer progresivamente, sus necesidades sociales (amistades), emocionales (vitales), académicas (mentales), profesionales (talentos) y espirituales (bienestar).
Integrando todas estas facetas de la nueva educación, podemos postular que:
1) la energía del estudiante se maximiza cuando todas sus energías están alineadas y son coherentes con un comportamiento ético. 
2) el mejor potencial de cada estudiante depende de su historia, sus motivaciones y sus talentos y de su capacidad de escoger bien. 
3) la secuencia de desarrollo es individual y progresiva y cada etapa requiere un proceso personal para su maduración. 
4) si somos energía, estamos intrínsecamente conectados. Lo que sucede a nuestro alrededor nos afecta, para bien y para mal. La energía de los establecimientos educacionales debe ser sana. Los profesores deben estar psicológicamente bien para hacer docencia.

Me imagino una educación con clases de ética y meditación. Con horas de reiki y yoga. Con énfasis en imaginación y creatividad. Con entrenamiento emocional y desarrollo de habilidades blandas. Con juegos y humor. Preocupación por los valores y el desarrollo de talentos (especialmente los sutiles). Con silencios y descansos. Con cariño y vocación. Una educación basada en conversaciones y ejemplos de vida cotidianos, con participación parental y orientación espiritual. Sueño con una educación para ser feliz. 

En resumen, mientras la educación se haga cargo solo de las energías materialmente manifestadas, no se podrá progresar. El salto cuántico se logra al incorporar las energías sutiles en el proceso educativo y preocuparse de transformar el ecosistema interno del educando. Si bien el currículo sutil es la clave para generar el cambio, es la visión de un Universo energético e interconectado lo que permitirá un nuevo entendimiento de las necesidades educativas para que la Humanidad tenga un futuro feliz. En definitiva, estamos sugiriendo cambiar la educación para cambiar la sociedad. 

Somos energía, evolucionando por eones para expandir nuestra conciencia y reconocernos en el Universo. Somos el Universo mirándose a través de nuestros ojos. Somos una gran conciencia, pensando.






miércoles, 21 de diciembre de 2016

La mano invisible

Cuando Adam Smith acuñó el concepto de una "mano invisible" que regula los mercados, se refería (en un lenguaje entendible para la época) a que los sistemas complejos tienden a autorregularse espontáneamente frente a los cambios. Ante cualquier perturbación externa al sistema – el economista sostenía que – una mano invisible movía los hilos, para restablecer el equilibrio y la armonía. 

En efecto, los mercados económicos responden a las leyes de la complejidad. Lamentablemente, parece que esta vieja lección no fue bien comprendida. 
El comportamiento poco ético de algunos empresarios, que se manifiesta en la multiplicidad de casos de colusión, evasión y corrupción; de malas prácticas, de abusos por posiciones dominantes y uso de información privilegiada; están corroyendo un sistema económico que ha generado progreso y avances indiscutibles. Son "manzanas podridas" que terminarán contaminando al resto y condenando al modelo. O se sacan luego, o el sistema se muere. 
Los empresarios deben ser extremadamente intolerantes con las faltas a la ética o el sistema será reformado. 
Algo parecido está ocurriendo en la política. El comportamiento poco ético de algunos políticos, (y ojo, con síntomas similares), también está corroyendo el sistema democrático. Al punto que tenemos una participación anoréxica, que terminará por minar la legitimidad de nuestras autoridades públicas. 
Los políticos también deben ser expulsar las manzanas podridas que amenazan con contaminar a la democracia representativa. De lo contrario, la democracia será reformada.

Esto ya ocurrió en educación. El comportamiento poco ético de los sostenedores generó una sensación de abuso transversal que se manifestó en el respaldo ciudadano a los movimientos estudiantiles; y justificaron tomas y posturas políticas que impusieron una reforma educacional, más orientada a evitar el lucro excesivo, que a mejorar la calidad del sistema. Unos pocos sostenedores abusivos, hicieron colapsar un sistema educativo que tenía los mejores indicadores de calidad de la región. Los verdaderos responsables de la reforma educacional, son los que priorizaron sus intereses económicos por sobre la calidad educativa de sus instituciones. Fueron demasiados, ya que la mano invisible terminó por intervenir. Hoy, estamos enfrentados a una reforma educacional apurada, improvisada y poco pensada, que pretende corregir esos abusos. Pero muchos de los que rasgan vestiduras, fueron los principales responsables y sin embargo ahora se quejan por la urgencia con que se trata de extirpar el cáncer que ellos mismos causaron. Lo encuentro francamente despreciable (aunque reconozco que es más inconsciencia que maldad). 

Ayer apareció una mano invisible, tirando una piedra a un conocido empresario que defendía su honra ante insultos insólitos de una autoridad política. Injustificable. Y peligroso. Una mano invisible, escondida detrás del anonimato. Tal como ocurrió en educación, la mano invisible artera y desconsiderada puede llevarnos a la violencia y al enfrentamiento. En mi opinión, no era una piedra dirigida a Andrónico Luksic, ni fue lanzada por una activista descriteriada (aunque la realidad diga otra cosa). Yo la veo como una mano invisible, intentando advertirnos de los peligros que acechan a una sociedad enferma de corrupción. Porque nos hemos contagiado con ese virus, aunque duela decirlo.

Hoy en las noticias, vemos que se hace público un nuevo caso de colusión. Esta vez en los pañales. Nuestra sociedad debe reaccionar. Y antes de que aparezcan otras "manos invisibles" peligrosas, sugiero que vayamos al origen del mal. Extirpemos el cáncer de raíz. Nuestro políticos no pueden sentirse por sobre la ley. Nuestros empresarios tampoco. Ni siquiera nuestros ciudadanos. Tolerancia cero para el abuso y la corrupción. Todos debemos aprender a respetar en serio las reglas. El comportamiento ético y la responsabilidad social deben cuidarse y defenderse con un celo creciente. En todas las actividades. Sobre todo en la actualidad. Más que nunca, cuando aun es tiempo de derrotar a la corrupción. Aún hay patria, ciudadanos. Pero ese es solo el comienzo de una larga guerra.

El tratamiento definitivo es de mediano plazo y tiene que inocularse temprano, en las instituciones educacionales. Es urgente mejorar le forma en que educamos. No es casualidad que las reformas comenzaran en educación. Allí se incubó una tolerancia mal entendida, una cultura de logros a cualquier costo, una formación orientada al éxito económico individual. Ya hace bastante tiempo, allí nos equivocamos. Allí comenzó la enfermedad.

Allí entonces debe iniciarse el tratamiento para sanarnos. Allí se prepara a la próxima generación, allí comienza la siembra para formar una comunidad con personas íntegras. Queremos colegios sanos, donde aprendamos a convivir y a comportarnos correctamente. Escuelas y Universidades donde los estudiantes aprendan a relacionarse, a desarrollar sus talentos, a colaborar y mas que nada, a ser felices. 

Necesitamos muchas manos invisibles de docentes cariñosos, dedicados y exigentes, que corrijan el rumbo de la educación y la dirijan hacia la integridad. Es la única esperanza para la Humanidad.



viernes, 9 de diciembre de 2016

La capacidad de percibir ideas y pensamientos

La vida es una escuela
Aprendemos de nuestras experiencias. Nuestra vida es una escuela que nos permite acumular aprendizajes para comprender mejor la realidad. Cuando no aprendemos la lección y seguimos estancados en un error, la vida nos vuelve a presentar el mismo problema, desde otra perspectiva, dándonos una nueva oportunidad para resolverlo correctamente. Nos repite la lección, por un lado, poniendo mayor énfasis en la explicación y/o cambiando el contexto y por otro, exacerbando las consecuencias de una interpretación errónea, para obligarnos a poner más atención. Y la vida sigue enseñándonos así, progresivamente, hasta que aprendemos la lección y pasamos al siguiente aprendizaje. 
Igual que en el colegio, la vida nos repite la materia hasta que finalmente comprendemos y pasamos al siguiente nivel y podemos seguir aumentando nuestros conocimientos. En nuestro cerebro, con cada nuevo aprendizaje, nuestra arquitectura neuronal genera nuevas conexiones cambiando nuestra arquitectura neuronal y así, amplía su capacidad para procesar información. Nuestras experiencias permanentemente modifican y robustecen el sistema nervioso, ayudándonos a comprender una realidad que no está a nuestro alcance y que solo podemos descodificar con ayuda de nuestros limitados sentidos. 
En la actualidad, las intensas crisis globales son pruebas evolutivas que pretenden hacernos expandir nuestra conciencia. Necesitamos despertar. Estamos en un momento de estancamiento como especie, que debemos superar antes de que sea demasiado tarde. Por alguna razón, colectivamente olvidamos una antigua lección y operamos como si tuviésemos solo 5 sentidos, en lugar de los 6 sentidos que identificaron correctamente los antiguos egipcios (ver el simbolismo del ojo de Horus). 
El cerebro es una antena de ideas
Podemos ver porque tenemos ojos, podemos escuchar porque tenemos oídos, podemos oler porque tenemos narices, podemos saborear porque tenemos lengua, podemos sentir porque tenemos piel, y podemos pensar porque tenemos cerebro. Nuestra capacidad de percibir pensamientos es un sentido muy importante para el ser humano. Pero no vemos a nuestro cerebro como una antena que percibe ideas. No, creemos que el cerebro genera nuestras ideas; pensamos que las ideas que percibimos son creaciones originales y se alojan solo en nuestras cabezas. Pensamos que las ideas son nuestras y que las inventamos desde la nada. Esta podría ser una ilusión muy costosa para la Humanidad.
Veamos qué sucedería si le damos crédito a Francisco Varela (uno de los científicos chilenos más admirados del mundo) y aceptamos que las ideas no habitan en nuestras mentes sino que son energía que nos rodea. Están, por decirlo en términos modernos, en la nube. Son constructos colectivos, que habitan en la tierra fértil de nuestra cultura y evolucionan a medida que les damos más energía. Y podemos percibirlas, cuando nuestro cerebro se sintoniza con ellas. Si tomamos en serio a Varela, entonces podemos concebir al cerebro como un órgano para percibir energías mentales. Y podríamos explicar mejor las epifanías, las sincronicidades, la telepatía, las premoniciones, la creatividad, las intuiciones y muchas otras experiencias que la ciencia descarta.
Las ideas son energías sutiles
Si las ideas son energía, tiene sentido que esas ideas se materialicen cuando logren acumular suficiente energía para pasar del mundo interno de los pensamientos al mundo externo de la materia. También tienen sentido las tormenta de ideas, el co-work y el trabajo en equipo. Si las ideas son energía, podemos especializar nuestro cerebro para percibir algún tipo determinado de energía. Los pesimistas, por ejemplo, se especializan en detectar problemas y su arquitectura neuronal se transforma en un radar de peligros y viven llenos de miedos. Los optimistas, en cambio, se especializan en detectar oportunidades y tienen cerebros muy dispuestos a la innovación y el emprendimiento.
Sintonizamos con la energía que nuestro cerebro procesa
Donde usted ponga su atención y sus pensamientos, hacia donde usted dirija sus deseos más profundos, hacia allá evoluciona su cerebro; poco a poco pero inexorablemente su arquitectura neuronal se irá especializando en percibir aquello que realmente le interesa. Algunos la denominan la "ley de la atracción". Atraemos la energía que su cerebro procesa. Si le interesa el sexo, se convertirá en una persona muy sensible a las necesidades físicas de los demás y encontrará muchas oportunidades para satisfacerse. Si le interesa el dinero, en cambio, es muy posible que se convierta en un emprendedor; pero si le preocupa la falta de dinero, nunca logrará acumular lo suficiente. Si le interesa la compasión, su mundo será más compasivo; pero si le preocupa la falta de amor, su mundo será frío y desconsiderado. Por eso, hay que tener mucho cuidado con el tipo de energía en la que me intereso, o dicho de otra forma, en las ideas con que quiero alimentar a mi cerebro. Literalmente generamos el mundo que pensamos...porque nos especializamos en percibir ese tipo de energía. 
Las ideas nos rodean
Si concibiéramos al cerebro como un medio para percibir las ideas y pensamientos que nos rodean, entonces podríamos diseñar una educación totalmente nueva. Las clases serían laboratorios de sensibilidad energética, enfocados en la creatividad y los profesores estarían orientados a compatibilizar mis intereses con mis talentos y con mis circunstancias. Tendríamos una educación que nos haga responsables de nuestras vidas y nos enseñe a pensar con coherencia y en armonía. Si viéramos al cerebro como el órgano de la percepción de ideas, tendríamos clases de pensamiento, similares a las clases de artes o de música. Si desde muy niños fomentamos la capacidad para percibir ideas, estoy convencido de que tendríamos una educación de calidad y un mundo mejor.







martes, 6 de diciembre de 2016

La receta para cumplir nuestros deseos

Mientras hojeaba un libro que había dejado a medio leer hace ya varios años (y si yo creyera en el azar, diría que por pura coincidencia), encontré una vieja lista de recomendaciones que yo había escrito, para usar las energías sutiles que nos rodean con la idea de aumentar nuestro bienestar. Esas energía sutiles que comentamos en la entrada anterior y que afectan nuestro campo de fuerzas para ayudarnos a cumplir nuestra misión. Recuerdo que las anoté porque me habían dado resultado. 

En resumen, encontré una vieja, pero probada receta, para cumplir nuestros deseos más profundos.
La compartiré con ustedes:

  • Escoja siempre tener buenos pensamientos. ¡Tenga una mente sana!
  • Cultive aquellas emociones que siente como positivas. No se intoxique...
  • Use términos optimistas, exprésese con confianza. ¡Las palabras crean realidad!
  • Siéntase realizado, lo que ha hecho, ya es un éxito. ¡Emita buenas vibraciones!
  • Sea agradecido, cuente sus bendiciones y valórelas de corazón. 
  • Tome conciencia de sus patrones de comportamiento, buenos y malos.
  • Siga sus intuiciones, son recomendaciones del Universo para ayudarlo.
  • Medite, habite el silencio y encuéntrese con su verdadera esencia. ¡Descubra su alma!
  • Conózcase a si mismo y acepte su situación sin renuencias. Tiene un desafío por delante.
  • Persiga un sueño que parezca imposible, para demostrar que es posible. Sí, ¡se puede!
  • Viva en función de objetivos y cuide que no sean contradictorios. 
  • Comparta su entusiasmo, nada es más contagioso que la energía creativa.
  • Perfeccione sus cualidades y úselas siempre que pueda. ¡Sea la mejor versión suya!
  • Espere confiado que suceda lo que suceda, será el mejor resultado para usted.
  • Tenga fe en que sus expectativas más profundas se convertirán realidad. 
  • Fluya con la vida, no oponga resistencia y disfrute cada momento en plenitud.
  • Deje que sus emociones lo guíen sin exigencias ni condiciones.
  • Siéntase bien y aproveche cada día con energía e intención.
  • Celebre sus logros con humildad y mantenga los pies en la tierra
  • Concéntrese siempre en la coherencia de sus deseos. ¡No los anule!
  • Sea flexible. No pretenda imponer un resultado. Acepte lo que suceda sin resistencia.
  • Sea apasionado, perseverante y resiliente. ¡No se rinda jamás!
  • Intente genuinamente que sus deseos beneficien a todos. Sea generoso con sus deseos.
  • Tenga un amuleto que lo ayude a contactarse con su "buena suerte". ¡Enfoque su energía!
  • Confíe genuinamente en la sinergía de las energías sutiles. ¡Acumule más fuerza!
  • Crea en los milagros. Nada es imposible cuando las energías están alineadas.
  • Deje que sus deseos encuentren un forma de materializarse. ¡El Universo sabe cómo!
  • Tenga siempre un comportamiento ético. Sus acciones reflejan sus intenciones...
  • Actúe con creatividad. El camino hacia el éxito lo asombrará. 
  • Acérquese a quienes comparten sus deseos, las energías se acumularán.
  • Sea coherente. Clarifique sus prioridades y no permita que sus energías se contrapongan. 
Mientras respeté estos principios, mis deseos más profundos se fueron haciendo realidad como por arte de magia. Es posible que algunas recomendaciones parezcan redundantes, pero cuando uno prepara una receta, a veces debe usar un ingrediente más de una vez, dependiendo del estado del plato que está cocinando. En mi experiencia, si usted es capaz de seguir estas recomendaciones con algún grado de constancia, generará un cambio energético tan formidable, que sus deseos se harán realidad. Pruébelo. Usted puede convertirse en su propio genio y, siguiendo esta receta, otorgarse 3 deseos. Piense bien antes de ponerse en campaña y sea muy cuidadoso de que sus deseos estén alineados con sus creencias y valores más profundos. Háganlo con criterio y mucho amor, porque es una herramienta muy poderosa. ¡Es una receta mágica!

Tan mágica es, que me generó una sensación de injusticia seguir usándola. En verdad producía milagros. Durante un breve período de mi vida, logré todos mis deseos. Entonces, me asusté. Me pareció que no era "fair play" vivir con una receta que te regalara deseos y la guardé en un libro cualquiera para ser usada cuando el futuro lo determinara. La encontré por "causalidad", hoy, cuando en mi mente deseaba encontrar un lindo regalo de Navidad que permitiera multiplicar las energías positivas que dejó en nuestro país, la solidaridad de la Teletón.

Este es mi regalo de Navidad para los seguidores de este blog. Que la fuerza esté con ustedes y que el espíritu de buena voluntad se nutra con su energía. ¡Feliz Navidad!

lunes, 28 de noviembre de 2016

Las energías sutiles


Recibí este video de un amigo, hoy a primera hora, en el día de mi cumpleaños. No es casualidad, se trata de un lindo regalo de una persona que tiene una enorme sensibilidad frente a los desafíos que tendrán que enfrentar los humanos en el futuro cercano. Véanlo, antes de proseguir con la lectura de esta entrada, con la atención puesta en lo que les sucede en el corazón, no en la mente. Es un mensaje de un ser vivo que tiene conciencia de las energías sutiles que nos rodean. Un ser que puede sentirlas porque su mente no está cegada por el resplandor de la razón. 
Los humanos del siglo 21 estamos peligrosamente estancados en el paradigma Newtoniano, que propone una realidad material compuesta por partes independientes entre si, gobernadas por fuerzas físicas que regulan sus interacciones. Y digo "estancados", porque hace ya más de un siglo, la ciencia reconoció que era necesario superar esta visión y siguiendo a Einstein, aceptó que todo el universo es energía y que la materia es apenas una forma de energía que nuestros sentidos más básicos, pueden percibir. 

La educación es la principal responsable de este estancamiento y sigue condicionando a la juventud humana para que funcione en el mundo fragmentado de Newton. La educación ha impuesto una verdadera dictadura de la razón, ha fomentado la visión materialista y antropomorfa que domina en la sociedad actual y ha decidido ignorar las energías más sutiles que nos rodean. Digo esto, porque los niños, antes de ser condicionados por el sistema educativo, son excelentes para detectar las emociones y los pensamientos de sus congéneres y grandes intérpretes de los mensajes más sutiles de todas esas energías que interactúan a nuestro alrededor. Creativos, sensibles y esencialmente amorosos, los niños preescolares procesan con el "corazón" y con las "entrañas".
Los animales, como se puede apreciar en el mensaje de Koko, también tienen esta característica. Viven en un mundo más emocional que racional y tienen una visión más holística de la realidad. Como los niños y los seres humanos más evolucionados de la actualidad, aquellos que viven en el paradigma Einsteniano, los animales tienen una visión no-dual de la realidad. Para ellos, todo está íntimamente conectado. Ellos son la naturaleza, ellos son el clima, ellos son el centro del cosmos y son co-creadores de la realidad que experimentan. Nada de lo que hacen, piensan o imaginan es inocuo. Todo ello se transforma en energía y esa energía es la que mueve el Universo. Son totalmente responsables de lo que sucede en sus vidas. Son el resultado de su interpretación de aquellas energías que los rodean. Tanto las energías obvias y materiales que perciben sus sentidos como las energías más sutiles e inmateriales que los humanos hemos dejado de percibir.
La única receta que imagino para superar la ceguera del hombre adulto
moderno y recuperar la capacidad para percibir energías sutiles, es una educación integral (no-dual), orientada a desarrollar una percepción humana más sutil, profunda e interconectada. Una educación que respete pero supere el mundo fragmentado de Newton y prepare a las nuevas generaciones para vivir en el mundo interconectado de las ideas, emociones e intuiciones.  Una educación que prepare al humano  para ser verdaderamente, creador  de su futuro. Una educación que debiera comenzar su transformación al  enseñarnos a reconocer, procesar y controlar nuestras emociones (la educación emocional) e incentivar el uso de la imaginación y el ingenio (la educación artística).
En nuestra opinión, estos dos pequeños pasos (enfoque educacional en la percepción de energías sutiles y desarrollo de la creatividad) serían dos pasos gigantes para la humanidad. ¡Ojalá podamos darlos a tiempo!
La idea que queremos ir nutriendo con la colaboración de sus emociones, es que nuestros 5 sentidos solo perciben y procesan una parte muy limitada de la energía que existe alrededor nuestro. Que como especie necesitamos desarrollar otros sentidos (posiblemente atrofiados) para detectar las energías sutiles que nos proveen información vital para superar con éxito la etapa evolutiva en que estamos. Lo que sucede no es Azar. Lo que sucede en el presente es el resultado de la sinergía de las energías que juntos hemos procesado.

Nuestros deseos, nuestras intenciones, nuestra fuerza de voluntad, nuestra imaginación, nuestras motivaciones y entusiasmos, nuestras creencias y nuestros valores, nuestras ilusiones y nuestros sentimientos, son todas energías sutiles que proyectamos hacia el Universo. Tener conciencia de que nuestros pensamientos tejen el Cosmos, es necesario para que no sigamos acumulando basura en la Noosfera.
¡Somos totalmente responsables de la energía que entregamos al Universo!

martes, 22 de noviembre de 2016

Las muñecas rusas

Una de las ideas más interesantes que aporta la "dinámica espiral" sobre la forma en que evoluciona nuestra conciencia es la idea que nuestra conciencia se expande incluyendo nuestras creencias anteriores pero trascendiéndolas con una interpretación más amplia. Es decir, nuestra conciencia es como esas matrioshkas en donde cada muñeca corresponde a un determinado paradigma o un mapa de la realidad construido en base a nuestras certezas. 
Y así, nuestro entendimiento se expande como si fuera una muñeca rusa más grande, que recubre el nivel de conciencia anterior. Mientras más muñecas tengamos al interior de nuestro actual nivel de conciencia, más evolucionados estamos. 
Es así, porque la vida sistemáticamente pone a prueba nuestras certezas. Nos suceden cosas que no calzan con nuestra interpretación de la realidad y entonces enfrentamos una crisis (epistemológica), que nos obliga a reconocer que esas certezas eran meras creencias que necesitan adaptarse a las nuevas circunstancias. 
Como cuando descubrimos que el viejo pascuero no existía. Esa crisis que todos recordamos, nos saca –casi violentamente– del mundo mágico e inocente de la niñez y nos fuerza a cambiar toda nuestra interpretación de la realidad. De pronto, necesitamos actualizar el mapa y redefinir el significado de la Navidad y de los cuentos de hadas. 
Entonces, el viejo paradigma sirve de base para la construcción del nuevo paradigma. Es un nuevo mapa que transforma nuestras antiguas certezas, en creencias que deben modernizarse y que reconoce la validez acotada de las creencias anteriores. Por eso, toma la forma general del mapa anterior y lo amplia con información nueva. Se construye un nuevo sistema de creencias sobre las anteriores. Se construye una muñeca más grande, que incluye, pero trasciende la anterior.
Resulta interesante notar que la forma de la muñeca pequeña influye en la forma de la muñeca más grande. Es la plataforma que permite construir la nueva muñeca. Por eso nuestra cultura es tan influyente en nuestras vidas. Modela nuestro pensamiento. Dentro de nosotros está toda nuestra historia y experiencias. Incluso nuestra arquitectura neuronal se va desarrollando para incluir los aprendizajes previos.

Todos los profesores debieran saber que el aprendizaje de sus alumnos está limitado por sus creencias, por su paradigma. Y una de sus tareas principales es identificar el nivel de conciencia en que se encuentra el estudiante para entregarle información coherente. Pero su verdadero desafío consiste en prepararlo cuidadosamente para cuestionar sus certezas y ayudarlo a evolucionar hacia un nivel de conciencia superior, incorporando los nuevos conocimientos siendo respetuosos de los aprendizajes previos. En esta materia, la pedagogía está francamente muy atrasada. Los profesores por haber vivido en otra época,  tienen paradigmas que no les sirven a las nuevas generaciones. El tamaño de las muñecas pedagógicas no les caben a las muñecas del milenio.
De allí la crisis global en educación. Antes que seguir intentando que los estudiantes se adapten a los profesores, hay que intentar que los profesores se adapten a los nuevos estudiantes. Ellos tienen muñecas (niveles de conciencia) ampliadas por la tecnología y las redes sociales. Hay que hacer crecer las muñecas rusas de los profesores, expandiendo su nivel de conciencia para que puedan contener la de sus estudiantes. Dicho de otro modo, la ropa que usan los profesores, es de talla muy pequeña para nuestros estudiantes. Esa ropa no les sirve. Y tampoco es lógico que los pongamos a dieta para que quepan en los pantalones de nuestros docentes. Como saben los padres en época escolar, los estudiantes deben vestirse con ropa holgada, que acepte el crecimiento.
La pregunta de fondo es ¿porqué seguimos intentando encajar la muñeca grande dentro de la chica?

lunes, 14 de noviembre de 2016

Combatir la endogamia intelectual

Escuchaba hoy a la periodista Beatriz Sanchez, haciendo referencia a la necesidad de combatir la sensación ambiente (microclima, según sus palabras), de que muchos piensan como nosotros. Un microclima peligroso porque nos vuelve más categóricos y menos flexibles; nos convierte en fundamentalistas. Nuestras amistades y relaciones sociales tienden a reforzar nuestras opiniones y podemos podemos caer fácilmente en el error de creer que la verdad se encuentra en las ideas de aquellos a quienes frecuentamos. 
Somos proteccionistas de nuestras creencias. Pero en una época de globalización, el proteccionismo tiende a aislarnos, sin exponernos a la riqueza que podríamos encontrar en la diversidad. 
Históricamente, el antídoto más simple para combatir esta endogamia intelectual, ha sido aprender a escuchar. Estamos hablando de una actitud. De escuchar para comprender y no para rebatir, de escuchar abiertos al aprendizaje. Si la reforma educacional solo se hubiese enfocado a desarrollar habilidades blandas, con énfasis en la escucha respetuosa, habríamos logrado expandir la conciencia de nuestros estudiantes en lugar de radicalizarlos con posiciones intransigentes. Pero volvamos a nuestro tema...
Otros remedios tradicionales han sido leer, viajar y exponernos a otras culturas, en especial a las ideas de los artistas. Todas son opciones que amplían nuestro mundo, siempre que elijamos bien qué leer, donde ir y a quien admirar. 
Como hemos dicho en estas páginas, este fundamentalismo es una ilusión que se agrava con el mal uso de nuestras redes sociales. Cuando nos conectan con quienes piensan parecido y nos esconden las ideas de aquellos que difieren de nuestra interpretación de la realidad, cuando limitan nuestra escucha. Pero hoy, nadie está educando para usar las redes sociales como herramientas de ampliación de conciencia. El potencial de la tecnología se está dilapidando cuando restringimos nuestra comunicación con mentes similares. 
Hoy, con la ayuda de la web, todos podemos aprovechar de expandir nuestras mentes y comunicarnos directa o indirectamente con grandes pensadores, genios extravagantes, artistas innovadores y científicos en la vanguardia del conocimiento. Así debiéramos usar la internet. Así debiéramos construir nuestras relaciones virtuales. Contactándonos con ideas que nos muevan el piso, con propuestas que nos descoloquen,  con curiosidades que nos asombren, con descubrimientos que nos maravillen. 
Debemos enseñar a nuestros jóvenes a ampliar sus pensamientos, conectándose y siguiendo a personas distintas, a enterarse de los acontecimientos leyendo medios de distintas posturas en todo el mundo, a enriquecerse con las ideas de los grandes maestros de la humanidad, a conocer culturas diversas, a cultivar su capacidad de asombro en el intrincado cosmos virtual y a descubrir nuevos horizontes de pensamiento.
Las charlas TED, que son ideas para compartir, debieran ser parte del currículo. El Puerto de Ideas, debiera estar abierto a todas las escuelas y el Congreso del Futuro debiera estar dirigido a los niños.
Lamento no ver a nuestros profesores o políticos trabajando para rediseñar la educación. Probablemente están ya afectados por la endogamia económica (todo se mira en función del dinero) y por eso atienden solo a los aspectos financieros de la actividad. Por eso, comparto la preocupación de Beatriz Sanchez ante la epidemia de endogamia intelectual. Y propongo diseñar una nueva educación, que aproveche la tecnología para atacar esta enfermedad y así, evitar que sigamos estrechando nuestras mentes. 
Una educación que nos invite a escuchar con respeto, a leer con amplitud, al viaje intercultural, al asombro creativo, a la exposición a ideas profundas, a la conversación amable y a la convivencia empática. Una educación respetuosa de la naturaleza y responsable ante la vida. 

Pensamos que la única opción de supervivencia del ser humano pasa por estirar las mentes de los niños para que la consciencia colectiva del ser humano pueda flexibilizarse y adaptarse a los grandes cambios que nos propondrá el futuro cercano.
Estirar en lugar de estrechar...
¡Ojalá no sea demasiado tarde!

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Humanizar la política

El sorprendente triunfo de Donald Trump en las elecciones de los Estados Unidos, es síntoma de una enfermedad que ha atacado global y transversalmente a la sociedad y en especial a la política. Es una enfermedad del siglo 21, transmitida por la creciente dependencia tecnológica. Una enfermedad que gradual y progresivamente nos deshumaniza y que se ha "viralizado" con la ayuda de la tecnología.  Vivimos en una sociedad enferma dirigida por personas sin alma. Nos hemos deshumanizado.
El uso habitual de las redes sociales, como Facebook, donde estamos en contacto con nuestras amistades y como Twitter donde seguimos a quienes nos importan, genera un pensamiento endogámico, que se nutre de aprobación. Estas poderosas herramientas de comunicación, tiende a desconectarnos de la gente que piensa distinto. De hecho, a muchos los bloqueamos o eliminamos. Participamos en redes de conversaciones propias de clubes sociales con acceso restringido.
Más aun, internet, debiera permitirnos expresar nuestras opiniones y enriquecer el debate de ideas. Pero ya se ha probado que sin el filtro emocional de la comunicación personal, donde las emociones de las personas con que interactuamos nos permiten sentir cuando afectamos a alguien, tendemos a ser más y más categóricos. Basta ver los comentarios de las noticias, para reconocer que se opina sin respeto ni consideración. 
Con los correos pasa lo mismo. El lenguaje escrito, cuando es breve, no permite expresar la emoción con que se opina y usualmente se presta para malas interpretaciones. Los correos tienden a acrecentar las diferencias de opiniones y habitualmente lo que comenzó como un debate puede terminar en un conflicto. Este fenómeno es tan reconocido que hay muchas empresas que prohiben a sus empleados intentar resolver diferencias de opinión a través del correo y exigen el llamado telefónico, porque humaniza la conversación y acerca a las personas. 
Reconociendo los beneficios que tiene el acceso a la información que nos brinda la internet, no podemos desconocer que (al menos en esta etapa), nos conecta con quienes piensan parecido y nos desconecta de quienes tienen otra manera de pensar. Internet nos segrega. Nos esconde la diversidad. Ratifica nuestros pensamientos. Y lo que es peor, no permite que expresemos adecuadamente nuestras emociones. 
Los políticos, la gran mayoría de ellos, se han contagiado de este virus tecnológico que los deja sordos, ciegos e insensibles y que les cambia el rostro, convirtiéndolo en una máscara desconcertante. Como la de esos payasos, que debieran hacernos reír, pero terminan aterrorizándonos. Sordos frente a las críticas, ciegos ante las consecuencias de largo plazo de sus actos e insensibles a los problemas cotidianos de los demás. 
Se trata de un virus que los vuelve fundamentalistas, categóricos, psicópatas (incapaces de sentir empatía) y cada vez más desconectados de los ciudadanos que pretenden representar. Se transmite a través de las redes sociales y aunque todos estamos expuestos, afecta en mayor grado a aquellos que necesitan la aprobación de los demás (el voto de los ciudadanos) y que usan las encuestas para orientarse. Por eso los políticos están tan cuestionados.
¡Qué paradoja! Pretender representar los intereses de los ciudadanos en base a información sin emoción (encuestas), es un error y un despilfarro de recursos. La información sin energía no sirve. Los humanos somos esencialmente  seres emocionales. Y sólo podemos comprendernos bien si reconocemos las emociones que nos mueven. 
Esto fue lo que hizo Trump. Desafió al establishment político. No administró números. Supo interpretar las emociones escondidas de los votantes. Y lo que dijo en su campaña, con toda la controversia que pueda haber generado, respondía al sentimiento profundo de la mayoría de los norteamericanos. No fue políticamente correcto. Pero los americanos tampoco lo son. Fue pragmático, emocional, errático, irritante y sorprendente. No usó máscaras. Reconoció sus defectos y pidió perdón. Hasta se "despeinó". Fue mucho más "americano" que los políticos profesionales y eso le hizo ganar la elección.
La gran lección que debemos sacar de la elección presidencial de los Estados Unidos es que para mejorar la crisis de representatividad de nuestra democracia y la calidad del debate legislativo, hay que humanizar la política. Necesitamos políticos con sensibilidad emocional. En la sociedad tecnológica digital, no hay espacio para la falta de transparencia. Hay nuevas reglas para la nueva política y los que no se adapten se extinguirán.



jueves, 3 de noviembre de 2016

El mapa de la realidad

Vivimos convencidos de que lo que percibimos es la realidad. Pero, como ha señalado Humberto Maturana, la vida es un proceso interno que está determinado por nuestra estructura. La realidad es una invención explicativa del observador. No existe a priori. 
Lo que llamamos "realidad", no es algo que existe afuera.  Es un mapa mental, que en parte heredamos y en parte construimos con nuestras experiencias. Se materializa físicamente como una red neuronal que nos gatilla emociones y nos impulsa a la acción. Estamos hablando de nuestra arquitectura neuronal. Allí, en nuestro sistema nervioso, en las incontables neuronas y sus intrincadas conexiones, está escrita toda nuestra historia y se explica todo nuestro comportamiento. Esa compleja estructura biológica, refleja quienes somos. 
Porque siempre hacemos lo que queremos hacer. Pero lo hacemos en función del mapa que tenemos de la realidad. Y como el mapa no es el territorio, a veces nos equivocamos y lo que hacemos produce un resultado inesperado. Mientras más completo sea el mapa que usamos, más coherente es nuestro comportamiento. 
Veamos porqué... Nuestra mente procesa la información que nos entregan nuestros sentidos e inmediatamente se generan emociones. Estas emociones (que son mecanismos de sobrevivencia que han evolucionado durante miles de años),  nos permiten evaluar, razonar e inferir para actuar adecuadamente frente al cambio que detectamos en el entorno. Por ejemplo, cuando sentimos miedo, debemos decidir si arrancar o enfrentar el peligro. Y esa decisión, que puede ser de vida o muerte, dependerá del mapa que hayamos construido de la realidad. Si en el pasado, hemos sido temerarios, enfrentando el peligro con éxito, tenderemos a sobre-evaluar nuestras capacidades y evitar la huída ante batallas cada vez más difíciles de ganar. Y esto claramente tiene un límite. 
Tener un buen mapa de la realidad generará emociones adecuadas y nos permitirá decidir correctamente. Por eso, la educación debiera ayudarnos a mejorar nuestro mapa de la realidad, agregándole información relevante para optimizar las emociones que experimentemos y así, actuar en coherencia con el entorno. Desde esta perspectiva, la misión de la educación es ayudarnos progresivamente a actualizar nuestro mapa mental para que podamos procesar más y mejor información y vivamos bien. 
Hoy en día, la pedagogía debiera ser "neurociencia aplicada". Hoy en día la ciencia permite ver como cambia la arquitectura neuronal con el aprendizaje. Comprender bien como la mente procesa la información, como cambia la configuración de la red neuronal y qué emociones se provocan, es fundamental para generar prácticas pedagógicas que garanticen aprendizajes conceptuales profundos. Un profesor debe saber como funciona el cerebro, como se reorganiza la red neuronal ante nueva información y como se traduce en conocimiento relevante. Pero sobre todo, debe saber que está trabajando con mapas que traen información histórica y cultural distinta y que, por lo tanto, son mapas que gatillan emociones diversas. Un profesor debe ayudar a sus estudiantes a tener el mapa adecuado para su contexto. Un mapa único, individual e irrepetible. Un mapa que genera la emoción más adecuada para la situación. 
El mapa que usa el profesor, no le sirve a su estudiante. El suyo es un mapa que fue construido con premisas que ya mostraron ser falsas y que el vigoroso avance de la ciencia ha corregido. No puede imponérselo al alumno porque tiene muchas correcciones. Pero el mapa que está construyendo su estudiante, es un mapa más nuevo, más plástico, que si le sirve al profesor. Un mapa actualizado que está siempre evolucionando. 
El profesor debe aprender de los mapas que usan sus estudiantes. 

jueves, 27 de octubre de 2016

Humanizar la educación

Juan Cassassus
"Ya es tiempo de humanizar la educación" repitió varias veces hoy el Dr. Juan Casassus en el lanzamiento de su 5to libro: "Educación: Escritos críticos". En un ambiente muy coloquial, casi familiar, comentó con su profundidad habitual, acerca de la urgencia del cambio y de lo lamentable que sería perder la oportunidad de que la reforma educacional se quede en temas económicos, como el financiamiento o la estructura de propiedad de las instituciones.
Con mucha razón, puesto que intervino después del Senador Carlos Montes, que destacó la falta de profundidad transversal en el debate legislativo y de la Ministra de Educación Sra. Adriana del Piano, que lamentó no haber leído antes el libro. Ambas autoridades se daban cuenta que su trabajo no estaba a la altura de lo que Casassus sugiere. En mi opinión, estaban desorientados por una propuesta teórica que les hacía mucho sentido pero que no sabían como implementar. A pesar de contar con una enorme cantidad de recursos disponibles, según ellos, no existía una ruta clara hacia la buena educación.
Pero como sugirió el autor, no es tan complicado. Es complejo, pero no complicado. Hay que diseñar una educación para humanos, seres frágiles que crecen, se desarrollan, conviven y cooperan, aprenden y sienten. Sin pruebas estandarizadas, sin conceptos económicos, sin exigencias de eficiencia o calidad. Hay que preparar profesores para relacionarse con niños y jóvenes e introducir la dimensión ética al centro de la actividad educacional. Como ya hemos dicho tantas veces aquí, se necesitan profesores de personas, más que profesores de disciplinas. Allí está el cambio de fondo. Esa es la gran receta. 
Una estrategia que ha sido utilizada antes y con mucho éxito. Es curioso que nuestras autoridades no lo vean. Muchas instituciones tienen profesores que dictan diversos ramos y se transforman en referentes morales. Allí donde ustedes encuentren un profesor destacado, encontrarán también a un profesional comprometido integralmente con sus alumnos. Maestros que están especialmente comprometidos con los aspectos emocionales de sus estudiantes. No son profesores de una disciplina. Usan la docencia como una oportunidad para mejorar al mundo, sacando lo mejor de sus estudiantes.
un futuro profesor...
Casassus terminó señalando que los verdaderos profesores son artistas. Transforman a sus alumnos en obras auténticamente originales trabajando progresivamente con cada muchacho hasta convertirlo en su mejor versión. Estoy de acuerdo, los buenos profesores son artistas y sus estudiantes son obras de arte. 
Conversar, leer y comprender a Casassus nos dá esperanzas. Tal vez la educación tenga remedio. Tal vez la desorientación de nuestras autoridades se resuelva aceptando esta crítica dolorosa pero constructiva y entendiendo el fondo de la propuesta. Hay que humanizar la educación y ¡hay que hacerlo ahora!
Por eso les recomiendo leer los escritos críticos de Casassus y exigir una educación más humana para sus hijos. Solo así ellos se convertirán en personas auténticas.

domingo, 23 de octubre de 2016

La Gran Abstención

Abstenerse es una decisión. Muchas veces, se posterga el hacer algo en el presente si pensamos que tendremos un beneficio mayor en el futuro. Por ejemplo, nos abstenemos de comer demasiado si queremos estar delgados; o nos abstenemos de tomar si debemos manejar; o de tener sexo sin protección, si no queremos embarazarnos o enfermarnos. Son decisiones ponderadas. Y según  muchos estudios psicológicos, la capacidad de abstenerse en un buen predictor del éxito futuro de una persona.
En las elecciones municipales Chile se abstuvo. Chile tomó una decisión madura, pensando en su futuro.
La gran mayoría de los chilenos no quiso votar. En términos democráticos, ellos son la nueva mayoría. Era previsible. Ya se habían manifestado la última elección presidencial, pero fueron desestimados como irresponsables, porque no habrían cumplido con su deber cívico.
Pero el diagnóstico estaba errado. Desoyendo la advertencia popular, los políticos no solo aumentaron sus sueldos y sus puestos sino que legislaron para perpetuarse. Y además, conminaron a los ciudadanos a votar.
Se olvidaron que ellos mismos permitieron el voto voluntario, abriendo una caja de pandora que otorgó al ciudadano una nueva forma de expresarse. Y los ciudadanos se expresaron elocuentemente en contra de la politiquería, de la corrupción, de los privilegios y de la perpetuidad en los puestos de poder.
Votar, aunque sea en blanco, sería legitimar el proceso democrático propuesto. Y nadie quiere ser cómplice de las actuales cúpulas de poder político.
No yendo a votar, la gran mayoría de los chilenos no solo ha cumplido el deber cívico de expresar su preferencia, sino que han rechazado categóricamente el actuar de esta pequeña política, soberbia, cortoplacista y no representativa (nadie se puede sentir representado por políticos que tienen conflictos de interés). Más aún, hoy conforman una gran mayoría de ciudadanos que desean una renovación total del sistema democrático que tenemos.
¡Deseamos un Chile distinto, un Chile mejor!
La Gran Abstención es un profundo cuestionamiento a nuestros políticos, una invitación al cambio y una oportunidad para que en la próxima elección presidencial, nos reencontremos con esa tradición republicana que nos caracterizaba. Estoy de acuerdo. Si deseamos ser democráticos, Chile debe cambiar su forma de gobernar. Chile necesita una Gran Política.